13 de noviembre de 2008

Corazón de leopardo





Lo acabo de ver, en el documental de TVE2 (¡sí, el de la siesta!). Una leopardo atrapa y mata a un babuino, y cuando lo empieza a arrastrar al árbol para cenárselo se da cuenta de que una minúscula figura pende del cadáver: un bebé babuino de uno o dos días. El felino observa atentamente esa bolita llena de ojos, se queda confuso, no sabe qué hacer, hasta que lo introduce con suma delicadeza en las mismas fauces que acabaron con su madre y lo lleva a la seguridad del árbol, donde no escatimará atenciones, lametones y mimos para su minúsculo amigo. Y cuando, ya al asomar la noche, se han acurrucado juntos, eso ya ha sido demasiado para mis diques emocionales y mis ojos han roto aguas –sin vergüenza alguna, que hay quienes diluvian con “Gran hermano” o con “Corazón, corazón”…-
Me pregunto qué tipo de reaccion suscitarán tales escenas en quienes todavía se empeñan en concebir a los animales no humanos como meras máquinas biológicas. Igual creen que hechos como el descrito constituyen rarezas , excepciones de lo que es una naturaleza desprovista de sentimientos y que emociones como la ternura y la compasión `pertenecen de forma exclusiva a nuestra ínclita especie. Probablemente tacharán de antropomorfistas a los que vemos tristeza, sufrimiento, angustia, alegría, amistad, más allá de la especie humana y no podrán aceptar que las diferencias existentes entre nosotros y el resto de especies no son de esencia sino de grado. Quizás se escandalicen ante esto, como lo hizo la esposa del obispo Wilberforce cuando leyó los revolucionarios hallazgos de Darwin y exclamó: “¿Que descendemos del mono? ¡Cielos, esperemos que lo que dice el Sr Darwin no sea cierto, pero si lo es, recemos para que no se sepa!”

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ummm, muchas veces se recrimina a los que evitan incluir en su dieta productos de origen animal, el hecho de que otros animales también matan para comer. Es evidente que esta comparativa ignora interesadamente que esta decisión viene de la mano de la reflexión, ¡vaya, qué facultad humana más interesante!

Lo que describes sobre el documental también ocurre con el humano, pues somos capaces de enternecernos con cualquier cachorro digan lo que digan. Ahora bien, hemos extendido una capa cultural que incapacita a la mayoría la reflexión particular sobre lo que ocurre con los innumerables cachorros que terminan (y empiezan) sus vidas para satisfacer el caprichoso paladar humano. Así, terneros o corderos lechales, cochinillos, aves de distintas especies, etc; son tenidos muy en cuenta en la trabajada carta de un buen restaurante o en la cotidiana conversación de quienes esperan celebrar un acontecimiento importante. Pero en absoluto despiertan sentimiento de compasión alguno presentados ya en suculentos platos y con la cómplice indiferencia que también estabula las mentes humanas.

Pues bien, sin duda ese leopardo, exento de la máscara cultural que nos caracteriza y sin herramientas para superarla, es decir, sin la capacidad "inteligente" de la que nosotros nos enorgullecemos, es capaz, desde nuestros referentes morales, de ser más "humano" que los propios humanos. Ahora preguntaría yo...

¿si un leopardo respeta y ofrece protección a los huérfanos cachorros de otras especies, por qué un humano capaz de adivinar por simple asociación: carne=animal muerto, no se conmueve lo más mínimo cuando repasa la carta de hasta los más finos, atentos y renombrados restaurantes de cualquier lugar?

Es evidente... pero no debería serlo.

DDAA dijo...

Al hilo de lo que comentamos ayer en privado (Off Topic familiar), un post en un blog afín sobre cómo educar a un hijo psicópata en diez sencillos pasos

guaraníblanco dijo...

Acabo de leer tu relato. He quedado tocado, tocado y hundido.
en mi casi medio siglo de existencia, no creo que haya hecho jamás nada que haya provocado en alguien la ternura que este leopardo me ha hecho sentir.

margaly dijo...

ví ese documental hace tiempo y tambien me impresionó. Es increible como desconocemos el "otro" mundo animal.

Daniel Vicente Carrillo dijo...
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Daniel Vicente Carrillo dijo...
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