31 de marzo de 2010

Ese Auschwitz


21 de Marzo, 1944. Mi primera visita a Auschwitz. Desde la lejanía se atisban los barracones de color ocre, y al fondo resalta otro edificio coronado por una chimenea humeante. Cruzo la alambrada de espino,los visitantes no parecen ser bienvenidos...Me acerco a una de las varias naves que se alinean en perfectas hileras. La entrada está cerrada, pero se puede levantar el cerrojo desde fuera. La primera sensación es el desagradable, intenso hedor que sacude a mi pituitaria. Apesta a cuerpos hacinados, en condiciones de extrema insalubridad. Bajo las luces mortecinas se adivinan múltiples sombras tratando de moverse sin lograrlo del todo. El lugar se encuentra atestado de cautivos, apiñados unos sobre otros en sus angostos cubículos. Llama la atención el oneroso silencio reinante,expresión de un mudo gemido colectivo ahogado por la desesperanza. Me acerco lentamente a las trémulas formas, arrebujadas las unas frente a las otras. Advierto muchos ojos clavados en mí, miradas inyectadas de pánico, de infinita incomprensión. Según me acerco, las sombras reculan al unísono, en un resorte perfectamente acompasado ,fruto sin duda de las incontables situaciones traumáticas vividas.Alargo mi brazo, pero nadie parece dispuesto a recibir su calidez; su existencia de dolor no concibe una mano amiga. No soporto más la hediondez del lugar y me precipito al exterior.
Durante unos minutos recobro el resuello y dejo que mi acelerado corazón atempere sus pulsaciones , mientras trato en vano de encontrar sentido a lo dantesco,de explicarme lo inexplicable. El mundo es dolor, afirmó Schopenhauer, pero él no vio nada de esto.
A unos pocos metros de allí se me aparece otro tipo de barracón, más pequeño y de forma rectangular. Dudo de querer ver lo que se oculta en su interior, mas me puede la curiosidad. Su interior, más oscuro, se encuentra dividido por diversos compartimentos, cada uno de los cuales alberga un prisionero completamente inmovilizado por una estructura metálica. ¿Una celda de castigo? Sospecho que varios de los desgraciados allí apresados han perdido la consciencia o, para su suerte, todo hálito de vida. Repentinamente me invade una intensa sensación de mareo, y atropelladamente me lanzo hacia la puerta de entrada, para evitar el colapso.
Ya a salvo,pienso en El Bosco, en cuán corto se quedó el genial artista flamenco en su surrealista visión del averno.
Lucho denodadamente entre el irresistible impulso de huir del lugar y la responsabilidad de enfrentarme a la más terrible realidad. Opto por continuar, pero me fijo un tiempo límite de diez minutos más, lo máximo que mi maltrecha sensibilidad podrá permitirme. Trato de acceder al edificio con la chimenea, pero la puerta está atrancada. Consigo entreabrirla, a empellones, y descubro que un cuerpo yacente obstruía la entrada. A un par de metros , una pila de cadáveres se alza frente a mí, y a su lado varios operarios se afanan en colocar a cada cerdo en su correspondiente gancho, para su inmediato despiece. Los restos inservibles se arrojan a un pequeño crematorio en la parte posterior de la sala. Nadie repara en mi presencia, entregados de lleno a su siniestra tarea. Abandono el lugar, ya más sosegado; al menos los pobres desdichados de mi última visión ya no sufrirán el sinsentido de su existencia.
Dejo la granja lentamente, sumido en un triste ensimismamiento , dejando que el arrastre de mis pasos refleje mi flojera vital. No puedo pensar con claridad: tan sólo acierto a maldecir a unos seres humanos que, con la falsa excusa de una necesidad alimentaria son capaces de someter a contínuas hornadas de cerdos a un infierno perpétuo, pues los hijos de los actuales internos, que ya asoman por las parideras, están abocados a reemplazar a sus padres, en una horrenda cadena de un dolor sin fin.
Y a quienes se escandalicen por la osadía de comparar el holocausto humano de Auschwitz con el aquí imaginado, retomo la cita de A. De La Martine:entre la brutalidad con el ser humano y la crueldad con los animales no hay más diferencia que la víctima.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

valiente cretino debes estar hecho comparando una cosa con la otra.....

Sofichu dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.