7 de marzo de 2010

comparar y equiparar



Acabo de ver la exposición íntegra que Jesús Mosterín pronunció hace unos días en el Parlamento de Cataluña con motivo del debate sobre la posible prohibición de las corridas de toros en esta comunidad.
Impresiona comprobar cómo los Medios de comunicación se han apresurado a arrojar a Mosterín a los leones de la opinión pública con el falaz, por simplista, titular: Mosterín compara los toros con la ablación genital y la violencia de género a partir de lo cual todos los segmentos sociales no han dudado en rasgarse las vestiduras: Rajoy tildó de odiosa tal comparación. Pajín la calificó de "absolutamente inaceptable" y los muchos comentaristas que pueblan las tertulias televisivas y radiofónicas no han escatimado improperios hacia el filósofo (recuerdo claramente cómo la normalmente comedida Angels barceló le llamaba "Friky")Por su parte, cuatro asociaciones feministas estudian querellarse contra el filósofo por lo que estiman una agresión contra la dignidad de la mujer.Como puede observarse, una polémica de dimensiones considerables.

Pues bien, uno se pregunta si todos estos ilustres periodistas y políticos tan escandalizados conocen la gran diferencia existente entre "comparar" y "Equiparar". Comparar es poner dos situaciones, ideas o conceptos uno frente al otro para así entender el significado de algo. En esto no hay ningún propósito evaluativo de los términos comparados. Si uno quiere explicar a un niño que no debe justificar su mal comportamiento en clase porque otros también se portan mal, se puede decir que en un crimen uno de los autores no puede pedir la absolución porque otros han cometido un crimen igual y no han sido detenidos. Se trata de una comparación que sirve para ilustrar la idea de la responsabilidad ante los actos cometidos, pero en modo alguno se pretende equiparar el mal comportamiento en clase con, pongamos, un atraco a un banco. Y es que equiparar enfrenta a dos situaciones o conceptos a los que da un valor o peso similar. Comparar, pues, tiene un carácter ilustrativo (para comprender un concepto), mientras que equiparar tiene un carácter evaluativo.

¿Y que es lo que hizo el filósofo Jesús Mosterín? Primeramente comenzó hablando de la importante distinción entre moral (costumbres de un colectivo) y ética (reflexión de las acciones humanas con un propósito de Universalidad).Y mientras que La moral está unida a las tradiciones, costumbres ancestrales de los pueblos, la ética trata de desmarcarse de todo prejuicio localista y (hasta donde es posible)temporal para evaluar los hechos en sí mismos. Y es en este contexto, con el fin de refutar el manido argumento de que la tauromaquia es algo valioso por estar arraigado en la tradición Ibérica, cuando Mosterín aludió a que también la ablación genital, la tortura, la costumbre de obligar a las mujeres chinas a tener unos pies diminutos, la Inquisición o la subordinación de la mujer al hombre constituyen costumbres ancestrales, pero su arraigo no dice nada sobre su bondad o maldad. Hay por tanto tradiciones que merecen la pena ser mantenidas y conservadas, mientras que otras han de ser eliminadas.

Me pregunto si todos los que han puesto el grito en el cielo ante las palabras de Mosterín saben distinguir entre "comparar" y "equiparar". Como supongo a estos ilustres personajes un cierto nivel de erudición, no puedo sino sospechar en un ánimo de dolo en sus invectivas proferidas. Como no me imagino ni a Leire Pajín, a Rajoy, ni a Carlos carnicero reaccionando escandalizados cuando se califica de "monstruos" a quienes perpetraron el asesinato de Marta del Castillo (no deja de ser una comparación), o ante los cientos de comparaciones que se vierten cada semana sobre todo tipo de temas , he de pensar que sus airadas manifestaciones de repulsa hacia Mosterín se deben o bien a pura histeria irreflexiva (colectivo feminista) o a un deseo interesado de demonizar a quienes sostienen posturas antitaurinas.

8 comentarios:

Diego Estin Geymonat dijo...
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Diego Estin Geymonat dijo...
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Diego Estin Geymonat dijo...
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Diego Estin Geymonat dijo...
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DDAA dijo...

Vamos, que Mosterín se limitó a pedir que no se incurra en la falacia ad antiquitatem. Estoy de acuerdo con cualquiera que abogue por utilizar el razonamiento en oposición a sus simulacros, pero es una batalla perdida en esta era mediática.

Y, por mi parte, considero equiparables a los asesinos de Marta del Castillo y a los supuestos periodistas que lo usan en beneficio propio, pero no espero que mucha gente esté de acuerdo conmigo.

Anónimo dijo...

Tuve la misma sensación que tú cuando vi a la turba mediática echarse las manos a la cabeza, todos al unísono (por lo menos los que yo oi), y yo pensaba ¿pero es que no hay nadie que abra los ojos y, aunque esté a favor de la "fiesta", vea que la comparación lo único que pretende es desmontar el argumento de la tradición? no todo lo que es tradicional ha de ser, simplemente por eso, válido, punto y final.
Aquí se lanza la gente a tirar piedras cuando ve a uno tirar piedras, esa es la sensación que me ha dado este asunto.

Lulo

Carles Marco dijo...

Totalmente de acuerdo contigo. Yo estuve allí, lo escuché, y se limitó a poner un ejemplo para hacer más comprensible cuanto explicó, pero evidentemente no equiparó lo uno con lo otro. Todo este revuelo es patético, algunos medios de comunicación y algunos tertulianos han terjiversado por completo las palabras de Mosterín en un intento demagógico de intentar quitar peso a su razonamiento lógico en contra de la tauromaquia.

Anónimo dijo...

Además añado que en otra comparecencia en el mismo Parlament, un veterinario pro-taurino (Illera) comparó (si comparó, no equiparó!!) el dolor del toro en el ruedo como el de la mujer en el parto y nadie se ha rasgado las vestiduras ni ha dicho "esta boca es mia" Con esto, deduzco que lo que ha molestado no ha sido la equiparación de Mosterín, sino que sea una equiparación emitida por un antitaurino. Saludos!