30 de junio de 2009

en torno al especismo



En los ámbitos animalistas es frecuente oir los términos "especismo", "especista" y "antiespecista", pero mucho me temo que la acepción de cada uno de estos conceptos puede diferir bastante entre quienes los manejan.Y es que ¿Hasta qué punto todos entendemos lo mismo por "especismo"? En el reciente Congreso vegetariano celebrado en Santander, mi admirado Samuel Guerrero trató de dilucidar esta cuestión en su emotiva ponencia "El especismo existe. El veganismo, también". En ella, se propuso entre otras cosas averiguar cuál es el origen de nuestros prejuicios especistas, para, una vez definido, sugerir la solución para combatirlos.Y recuerdo que me llamó bastante la atención su retrato del ser humano como no especista por naturaleza y que son "factores exógenos" como la educación, la familia y los medios de comunicación los que van imponiéndonos las sucesivas capas especistas que acabarán por adherirse a nuestra personalidad. En pocas palabras, que es la cultura humana la que convierte en especista a un humano de natural no especista. Se trata de un enfoque atractivo,de un estilo marcadamente rousseauniano,y muy conveniente para nuestros fines, pero considero que la realidad es bastante más compleja que todo esto. Es posible que el error consista en tener una idea demasiado monosémica, encorsetada del especismo, y que por el contrario habría que distinguir diversos niveles y matices en este concepto. Y para profundizar en el tema, creo imprescindible una seria reflexión sobre la naturaleza humana:¿Qué somos por naturaleza? Quizás así podríamos determinar si el especismo tiene una base biológica o por el contrario cultural de tipo antropogénico.O acaso una mezcla de ambas...
Como no dejamos de ser un producto de la evolución, podría resultarnos de cierta utilidad observar a los animales no-humanos para así determinar si cabe pensar en una actitud especista, o al menos embrionariamente especista en ellos. Vertamos sobre ellos la definición de "especismo": ¿Es cierto que los chimpancés discriminan a otras especies, las tratan peor por el mero hecho de no ser chimpancés? Ciertamente, no parecen tener una gran consideración hacia las termitas, que devoran con fruición, ni siquiera hacia sus filogenéticamente más próximos monos colobus, a los que cazan en espectaculares expediciones. Tampoco cabe suponerles afligidos ante un cervatillo recién cazado por un leopardo. Por el contrario, impresiona cómo observan los patrones de comportamiento establecidos por la comunidad de chimpancés, en los que asistimos a constantes ejemplos de amistad, altruismo recíproco,lealtad, y una amplísima variedad de comportamientos regulados. Visto así, parece lícito pensar en un nivel elemental de especismo en los chimpancés. Tampoco podemos olvidar que entre casi todas las especies animales existe este comportamiento básico que discrimina (distingue) con claridad los individuos de su propia especie de los que no lo son. Así, no resulta concebible el que un hurón devore a otro hurón, y sí lo haga sin miramiento alguno cuando se trata de un conejo...¿Es esto especismo?
Probablemente haya quienes objeten a esto que es ilógico aplicar el término "especismo" fuera del ámbito humano (con lo que habría que replantearse su definición...), ante lo cual sugiero reflexionar sobre la situación de un grupo humano aislado,libre de toda injerencia cultural previa, o, lo que es similar, pensemos en nuestros más remotos antepasados humanos , en un homo sapiens pretecnológico y precultural (en realidad dudo de que tal cosa sea posible, que el homo sapiens sea indisociable de la cultura y tecnología que debió de crear desde sus mismos comienzos...pero en fin)¿Es realista concebir un tipo humano naturalmente no especista, y que considerara a las demás criaturas en un plano similar a los de su propia especie? De ninguna manera; en la misma línea que lo comentado sobre los hurones y chimpancés, no cabe duda de que en ese homo sapiens primigenio existiría necesariamente una radical diferenciación entre sus congéneres y los que no lo fueran.En consecuencia, creo firmemente en esta suerte de "especismo Biológico" presente al menos en los grupos taxonómicos más próximos (que ya me estoy imaginando referencias a los insectos, por ej, de la mantis, para intentar refutar mi idea...), del que ciertamente no escapa nuestra especie. Así,esta capacidad de discriminación entre la propia especie y las especies ajenas, con todas las consecuencias que ello acarrea, tiene pleno sentido desde el punto de vista evolutivo y, al contrario, hubiera sido biológicamente contraproducente, incluso en ocasiones desastroso el que esto no hubiera tenido lugar.
No obstante, el hecho de afirmar la existencia de este tipo de especismo básico no excluye el que también se pueda determinar otra clase de especismo, calificable de "antropogénico", propio y único del ser humano que sí se deriva de nuestro desarrollo cultural, generador de tradiciones y valores perdurables. Está claro que es a esto a lo que se refiere la gente cuando emplea la palabra objeto de este artículo. No cabe duda de que , por nuestra maravillosa variabilidad, cada sociedad humana ha ido tejiendo cosmovisiones de muy diversa índole, y algunas culturas han abogado por una mayor inserción del ser humano en la naturaleza que otras, más dadas a encapsular a nuestra especie en un áura de sacralidad ("la especie elegida", dicen)
En cualquier caso, en casi todas las sociedades humanas se ha dado un cierto grado de discriminación arbitraria de los demás animales. Nos gusta pensar que tal discriminación se debe en su origen a la más pura necesidad , que nuestros antepasados humanos se vieron obligados a alimentarse y vestirse con otros animales, y así abrigamos la idea de que, en un hipotético marco de un clima ideal, rodeados de tierras que ofrecieran abundantes frutos, plantas y semillas, nuestro especismo brillaría por su ausencia...La verdad es que esta idea no llega a convencerme y, una vez más , tiendo a pensar que el especismo está mucho más pegado a nosotros de lo que queremos reconocer.

Quizás sea conveniente ahora echar una ojeada al otro concepto, el "antiespecismo" y tratar de especular sobre su carácter. Si bien previamente he hecho hincapié en una poderosa tendencia biológica a tratar con desigual consideración a nuestros congéneres de los que no lo son, y a una igualmente marcada deriva cultural que nos lleva a resaltar y glorificar nuestra condición humana en detrimento del resto de los animales, también cabe postular una fuerza que actúa en un sentido opuesto y que, una vez más, es susceptible de sufrir una subdivisión:por un lado los sentimientos de empatía y de contagio emocional interespecíficos, cuyas formas más embrionarias se encuentran presentes en algunas especies animales, y por otro, la "adquisición" de la ética por parte del homo sapiens, rasgo éste que nos corresponde en exclusividad, y que, en función del uso que se haga de ella, nos convierte en el ser más encomiable o abyecto del mundo animal. Ciertamente, puede parecer forzada esta separación entre el sentimiento de empatía y la ética, cuando es lógico pensar que lo segundo proviene de lo primero, pero ahora me interesa destacar la ética como una conquista propia del ser humano, y sujeta a los vaivenes de la historia.
Es innegable que los humanos estamos capacitados para sentir aprecio y respeto por individuos que no pertenecen a nuestra especie, de la misma manera que podemos demostrar exactamente lo opuesto, desprecio -etimológicamente hablando:quitar valor- y falta de respeto, hasta llegar a negarles su misma animalidad. Somos, pues , una especie compleja que, en función de la mentalidad y valores que rijan nuestras vidas, podemos mostrar una amplia gama de actitudes hacia los animales (humanos incluidos). Pues bien,pese a que esta predisposición para empatizar con otros animales puede calificarse de natural, me parece que el antiespecismo, que supone un escalón superior al de la mera empatía, corresponde a un proceso racional profundo, mucho más ligado a la ética, y que hay que enmarcar en el proceso de la evolución cultural del ser humano. Y es que, independientemente del hecho de que a lo largo de la historia hayan surgido, como brotes aislados, algunas personas que han desafiado el antropocentrismo arrasador imperante (Leonardo da Vinci, Plutarco etc, así como, se supone, otros que no han dejado su legado para la posteridad) sólo cabe concebir el antiespecismo como movimiento ideológico a partir de los siglos XIX-XX , y como un eslabón más en el proceso de maduración ética de la especie humana en su progresiva ampliación del concepto de empatía. De hecho, si observamos la Historia humana a vista de pájaro , veremos con bastante claridad tal proceso de maduración, que en sus diferentes peldaños, fue abriendo el concepto de respeto y justicia, desde lo que fuera originariamente la tribu o clan, hasta el actual y aún utópico objetivo de la fraternidad y justicia universal,pasando por las todavía pendientes cuestiones de igualdad en lo referente al sexo, raza etc. De modo que queda claro que el tema de la consideración ética a los animales queda vinculado a este proceso dialéctico (cambiante)en el que constantemente se ven inmersas las diferentes sociedades humanas.
En conclusión, considero importante una reflexión profunda de lo que supone un concepto que puede llevar a no pocos equívocos y simplificaciones,máxime cuando la palabra "especismo" ni siquiera figura en la Real Academia de la Lengua. Si pretendemos ganarnos algún reconocimiento y aceptación social, hemos de ser precisos y rigurosos en estas cuestiones

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bien , pero yo de momento creo que la palabra mas adecuada para describir toda la maldad hacia los animales no humanos, es la de Especismo, si encuentras otra mejor hazmelo saber, tomas,

correusdecatalunya.net

erfoud dijo...

En realidad , la palabra es lo de menos; en lugar de especismo podemos poner lo que sea:Schipflung, por ejemplo. Lo importante es el contenido , el significado que otrorgamos a dicha palabra. Y es lo que trataba de aclarar en esta entrada...
No tengo nada en contra del término especismo, por supuesto; lo que me interesa es saber a qué se refiere cada uno de nosotros cuando lo emplea. De todos modos, cuestión de gustos, yo prefiero hablar de "antropocentrismo excluyente"

Strahd dijo...

Muy interesante entrada. Dos ideas se me pasan por la cabeza: por un lado, coviene recordar que dentro de lo que es el "homo sapiens" no cabe hablar de ese especismo "antropogénico". Todos los seres humanos forman parte de un misma especie que, eso sí, se divida en etnias (cuestión cultural y de fenotipos, pero nada más).
Respecto al especismo en referencia a otras especies, prefiero también el término "antrocentrismo excluyente"; cuestión, además, muy en relación con el Proyecto Gran Simio, sobre la que conviene reflexionar.
Un saludo ;)