12 de junio de 2009

Lo de Ronaldo


¡Vaya lío se está montando con el fichaje del Portugués! Ahora resulta que la inversión de Florentino (94 millones de euros) suscita una encendida polémica y todos se ponen a cuestionar violentamente la ética de semejante dispendio. Pues uno ya no entiende nada. ¿Será que repentinamente la gente, los Medios, se han caido del guindo, que acaban de caer en cuenta que esa sociedad de mercado en la que nos hallamos, sujeta a la ley de la oferta y la demanda, es así? ¿Qué ley económica se ha violado?¿Un supuesto código deontológico que preconiza la mesura empresarial? ¡No me hagan reir!¿Y por qué diablos aparecen súbitamente esos datos que muestran lo que se podría comprar con 159 millones de euros (Ronaldo+kaká)? Demagogia infame, pues, que uno sepa, no aparecen semejantes desgloses ante las disparatadas ganancias de cualquier celebridad que anuncie un producto Danone, ni tampoco se sugiere todo lo que se podría conseguir con todo lo que cuesta montar una gira de U2, o con los gastos derivados de un sólo Gran premio de Fórmula 1, o con la organización de una final de la Champions,o con una estancia de siete noches en el hotel Burj al-arab en Dubai, o con un sólo día de publicidad de "El Corte Inglés"... Por no hablar de las colosales cifras que se manejan en el mundo del cine...¿Cuántos hospitales se podrían edificar con los gastos de las cinco pelis más taquilleras del año?
Si se desea criticar la lógica del libre mercado, de acuerdo, pero que se cuestione en todas sus manifestaciones, lo cual llevaría inevitablemente a poner en tela de juicio el sistema en sí. Florentino no ha hecho sino aplicar las reglas que el liberalismo económico impone. Y no cabe imprecar histéricamente contra el sobredimensionamiento del mundo del fútbol precisamente en este momento,pues esto ya viene sucediendo desde hace bastantes décadas, aparte de que son esos mismos medios de comunicación que se llevan hipócritamente las manos a la cabeza, quienes más han hecho por la entronización del becerro de oro balompédico.
El gasto del fichaje de Ronaldo no es más que un símbolo, uno más, de la inanidad e iniquidad de un modelo económico injusto, cruel e insostenible, y que paradójicamente, pese a la riqueza material que es capaz de generar, acaba por empobrecer a sus adoradores.

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