28 de diciembre de 2008
el cerrojo mediático
Los medios de comunicación cumplen una importante labor social: transmiten los valores considerados aceptables, reflejan los intereses de los grandes grupos industriales y financieros que los sustentan y …. por supuesto, dejan en el ostracismo a cualquier ideología o movimiento que pueda poner en cuestión el modelo vigente. En vano he dirigido diversas súplicas a determinados medios para que alguna vez incluyan la realidad de los movimientos antisistema o la cuestión animal –y no simplemente el “mascotismo”, que por su perfecta inocuidad recibe amplia cobertura mediática- en sus programas, iluso de mí… Jamás he obtenido respuesta alguna, pero sospecho que si por ventura la obtuviera, se me comunicaría que esos temas no son de interés público. Se trata de la eterna celada: no interesa porque no “existe”, y no “existe” porque aquéllos cuya misión consiste en informar al gran público no desean que determinados temas se den a conocer. No haya lugar a engaño; los medios no se limitan a reflejar los gustos e inquietudes de la gente, sino que son ellos los que se encargan de establecer qué se debe tratar – incluso ad nauseam- y qué ha de permanecer oculto, ellos forman y deforman gustos opiniones e intereses . Este poder de conferir visibilidad o invisibilidad a capricho (en realidad obedece a intereses muy claros) es un factor debilitante de la ya de por sí maltrecha democracia en que vivimos; Al menos en teoría, todo gobierno del pueblo que se precie debe fundamentarse en una adecuada información de las opciones disponibles para la ciudadanía, a partir de lo cual cada uno ha de decidir libremente. Pero ¿cómo hacerlo, si algunas de ellas no pueden de ninguna manera darse a conocer? Todo está atado y bien atado y así, programas como Saber Vivir patrocinados por poderosas industrias lácteas, se cuidarán muy mucho de mandar mensajes que lesionen los intereses de quienes les sostienen. Otros, patrocinados por El Corte Inglés modularán sus contenidos en un sentido parecido, de tal modo que no resulte muy conveniente abordar propuestas anticonsumistas o de corte anarquista. Todo lo que hiede a alternativo es marginado, denigrado (véase cómo el término “antisistema” es sistemáticamente asociado a la violencia)…o, si es posible, fagocitado, con lo que se puede presentar una versión edulcorada de lo que pudo haber sido un mensaje levantisco. Cuántos grupos de rock, punk, han acabado por doblar sumisamente las rodillas ante el tentador tintineo de una lluvia de dólares…Y ante los turbadores mensajes provenientes del ecologismo profundo, que preconiza un radical cambio de nuestro modo de vida, surge una versión “light” que no demanda tal cambio ,y nos presenta un concepto de “desarrollo sostenible” que nos permite mantener casi intactos nuestros hábitos de consumo. Es ese el tipo de ecologismo sumiso y amable el que tiene cabida en los informativos. Explosivo desactivado.
Es triste y descorazonador comprobar cómo los distintos magazines y debates televisivos y radiofónicos tratan una y otra vez temas triviales y anecdóticos, mientras que las cuestiones que pudieran poner en tela de juicio nuestros hábitos y costumbres cotidianos quedan sistemáticamente silenciados; no conviene una ciudadanía realmente informada, madura, que conozca los mecanismos que mueven nuestra sociedad, que se aventure en las cloacas de la civilización del mercado. Se desea un ciudadano obediente, que encaje de lleno en el Matrix consumista diseñado por los intereses del mercado. Mientras los grandes grupos mediáticos controlen de una manera tan abusiva e interesada los valores, gustos e intereses de la ciudadanía, no se podrá hablar propiamente de libertad ni de democracia.
imagen obtenida de blogs.lavozdegalicia.es
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